Como persona pro-libertad, anti-monotonía y hater que soy, estoy de acuerdo con la teoría que comprobó la empresa alemana IQudo en la cual confirman que la creatividad se encuentra amenazada en la oficina.
Y no es que yo sea un liberal y no me guste el trabajo, es que esa de estar rodeado de personas con mala cara de 6 a 4 de la tarde, no es mi fuerte. Una investigación que se aplico a mas de 534 trabajadores que laboran en horarios de oficina de entre 18 a 65 años aclaro que solo un 6.4% de los creativos se sientes inspirados en la oficina.
Me pregunto ¿habrá algún problema con las oficinas? Parece que sí.
A mi parecer muchos de los lugares de trabajo se hacen pesados luego de un periodo de 3 a 4 meses de asistencia, los compañeros de trabajo con mala cara, los jefes que se sienten más que tu aun cuando no hacen nada- y muchas veces los dueños de estos mismos negocios hacen que las actividades creativas se vean completamente atropelladas y esto lo digo como creativo que soy o que me autoproclamo-.
El problema es que usualmente la gente piensa que crear campañas, diseñar bocefos, graficos, ilustraciones o cualquier tipo de trabajo creativo consiste en sentarse en una computadora a vaciar los pensamientos. El problema es que no puedes vaciar pensamientos que aun no has alimentado y asistir a diario a una oficina, lamentablemente, no te alimenta la creatividad.
El 13,5 % de los encuestados está de acuerdo con que los lugares en los cuales se incrementa su creatividad son la ducha y la tina, mientras que el 12.1% piensa que pueden ser la cama o el sofá, seguido de un 9.9% que piensa que la hora del baño es la más creativa.
El 36.7% está de acuerdo conmigo en que el estrés que producen las 4 paredes de una oficina mezclado con la mala cara de tus compañeros de trabajo y con topping de jefe con ínfulas de superioridad imaginarias, son los principales muros para que la relación trabajo/creatividad/oficina funcione.
Yo como arriesgado pienso que el mejor momento para alimentar la creatividad es en un bar, acompañado de un par de tragos y una notebook.
¡Pruebalo!
By: Miguel Angel Perdomo
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